¡Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío…! QEPD Robertito

Hoy murió el reconocido y querido, periodista ramallense, Roberto Cayetano Méndez, mi amigo. Desde hace muchos que le peleaba al cáncer con uñas y dientes, a veces con algunas caídas, pero siempre con ganas de seguir adelante. Lo conocí hace más de 20 años como un colega, pero el paso del tiempo nos fue convirtiendo en grandes amigos. Compartimos muchas charlas, largas sobremesas, viajes, vueltas de café y un afecto sincero. Nos queríamos y aunque a mi me costaba más decirlo, él sabía que era así.

Murió internado en el Sanatorio de la UOM, pero hasta el momento de ingresar a ese lugar estuvo acompañado de la querida «Negra» Tissera, su esposa; sus hijos, Cristian, Cintia, Mauro y Agustina; sus nietos y hasta los bisnietos. Todos acompañaban al “Tata”, lo amaban, él lo sentía y lo hacía feliz.

Roberto fue todo un personaje de su amado Ramallo y un tipo querido por la audiencia en cada radio por la que pasó.

Le encantaba hacer radio y seguramente muchos de sus latiguillos van a quedar en los oídos de sus oyentes: El, “qué quiere que le diga” o “vamos al móvil de exteriores con Paquito Morelli”, sin dudas que va a ser inolvidable para todos quienes lo escuchaban.

Era un gran comunicador, cercano a su audiencia y a quienes podían estar necesitando una mano: “Vos sabés que conseguí ropa para la familia que necesita”, era algo normal para él, porque no era solo un conductor de radio -de los más escuchados de Ramallo y con una hermosa cercanía a su Público-, sino que fue una persona involucrada con lo social.

Podría decir cientos de cosas o recordar muchas anécdotas que compartimos, pero me voy con la última charla que tuvimos. Fue el miércoles, en tu casa y con la “Negrita”, hablando de muchas cosas y armando ese último café, que no llegamos a tomar el jueves en la Shell. No porque no quisiéramos, no se pudo. Ese día te vi bien, pero me hizo ruido el “estoy cansado”. Hacia un tiempo que lo decías, pero talvez no lo quería escuchar para no darme cuenta que te ibas, pero hoy lo relacioné y ahí me día cuenta que realmente estabas así.

Ya debés estar en el cielo hablando de radio con Silvio; recontrándote con tu querido «Bala» y con «Bugui» Gorostiza o, por qué no, armando un asado con Antonio, Gustavo, Julito o Carlitos, y riéndote a carcajadas con algún chiste.

Te quiero mucho querido Roberto y te voy a extrañar. A quien le voy a decir, «sos capaz de hacer cualquier cosa para no pagar el café» Era el mismo chiste tonto de siempre, pero nos reíamos como chicos, Cuantos recuerdos que me quedan y cuantas cosas que podríamos haber hecho.

Descansa en paz, querido amigo…

También puede interesarte...