(Por Raúl Urbina) – El 29 de mayo del año pasado nuestra región se vio consternada por una noticia que sacudió al mundo futbolístico nacional y también mexicano: murió el ex futbolista y en ese momento ayudante de campo de Mauro Gerk, en los Gallos de Irapuato, Javier Yacuzzi, a los 43 años de edad.
Un tipo bueno si los había, que nunca se había olvidado de sus orígenes y era venerado en su querido Sánchez. Justamente allí había estado días atrás visitando a su familia y acompañando a su esposa embarazada de una hermosa niña, quien nació poco tiempo después. Regresó a México, horas después se sintió descompuesto, fue trasladado a un sanatorio y no mucho tiempo después se produjo su muerte.
Medios mexicanos informaban por esos días que la causa del fallecimiento habría sido una enfermedad llamada histoplasmosis, una infección causada por la inhalación de las esporas microscópicas de un hongo (histoplasma capsulatum) que suele encontrarse en los suelos con grandes cantidades de excrementos de aves y de los murciélagos. Pero igual eso ya no importa mucho.
Dolor, estupor, incredulidad y seguramente algún sentimiento más, fueron los que invadieron a todos quienes lo conocimos en vida y pudimos disfrutar de su amistad.
Un 29 de mayo, el mismo día que cumplo años, pero del año pasado, se nos fue Javier, y aún duele su partida.
Descansa en paz querido amigo.