En el marco del análisis de la calidad del agua de la cuenca del río Paraná, se ponen en contacto con nosotros las investigadoras Julieta Peluso y Carolina Aronzon, que pertenecen al Laboratorio de Ecotoxicología del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental (IIIA) de la Universidad Nacional de San Martin (UNSAM-CONICET), para pedirnos colaboración con su investigación. Con este fin, nos solicitaron que seleccionemos dos arroyos de Ramallo para que puedan evaluar la calidad del agua. Finalmente, elegimos los arroyos Marconi y Las Hermanas.
Para desarrollar la investigación, en noviembre de 2023, las investigadoras vinieron a Ramallo y tomaron muestras de los arroyos en cuatro puntos diferentes. Respecto al arroyo Las Hermanas, se tomaron muestras antes del feedlot ubicado sobre Ruta 51 y a un kilómetro de este lugar arroyo abajo. En relación al arroyo Marconi, las muestras se extrajeron cerca del camino de la virgen y en el puente Marconi, es decir, el que está cerca del basural por el camino de la costa.
Los parámetros a evaluar fueron tres: características fisicoquímicas, metales y plaguicidas en muestras de agua y sedimentos. Y el análisis se hizo in situ (temperatura, oxígeno disuelto, conductividad, pH yy turbidez) y en el laboratorio (demanda química de oxígeno, amonio, nitratos, nitritos, fosfatos, cloruros, sulfatos).
Los valores guías se tomaron en base a la Ley 24.051 para fuente bebida humana (FBH) y protección de la vida acuática (PVA). Algunos de los resultados arrojaron altas concentraciones de metales en todos los puntos que pueden estar causados por la escorrantía de suelos agrícolas contaminados, uso de fertilizantes o pesticidas y, en el caso de la ganadería, los metales que se usan como micronutrientes (zinc, manganeso, cobre). En valores elevados afecta la biodiversidad y la salud de los ecosistemas acuáticos, consecuentemente, la flora y fauna acuática y, en última instancia, la calidad del agua y la salud.
A partir de los parámetros fisicoquímicos y la presencia de metales, se establece el Índice de Calidad de Agua (ICA) y se toman nuevamente como valores de referencia la FBH y la PVA. Este índice clasifica la calidad del agua de la siguiente manera: excelente, buena, regular, marginal, pobre, muy pobre. En estas tres últimas categorías, se exceden regular o frecuentemente los valores guías lo que genera una amenaza, un perjuicio o una pérdida en la vida acuática.
Respecto al arroyo Las Hermanas, la protección de la vida acuática fue mejor aguas abajo (de marginal a buena) y la fuente bebida humana empeora aguas abajo (de pobre a marginal). En cuanto al arroyo Marconi, la PVA es mejor en la muestra cercana al camino de la virgen (buena a pobre) y, respecto a FBH, mejora en la toma del puente Marconi (regular a marginal).
En cuanto a los plaguicidas (atrazina, AMPA, glifosato, 2-4 D, metolaclor), se encontraron estas concentraciones: herbicidas (73%), insecticidas (17%) y fungicidas (10%). El sitio con mayor concentración de plaguicidas fue el ubicado después del feedlot, luego el anterior al feedlot, el puente Marconi y el camino de la virgen, respectivamente. Se encontraron entre 27 y 32 pesticidas en los sitios analizados.
Además, se hizo un ensayo de toxicidad crónica en 10 larvas del sapo argentino. La tasa de mortalidad de este animal fue mayor en la muestra tomada antes del feedlot, seguida del sitio posterior al feedlot, el camino de la virgen y el arroyo Marconi. Esta tasa coincide con las concentraciones de plaguicidas.
En resumen, los resultados dan cuenta de las siguientes conclusiones:
1- Hay un deterioro de la calidad del agua que afecta, directa o indirectamente, las larvas de los sapos argentinos.
2- Hay dificultad de la vida aerobia (organismos que necesitan oxígeno para vivir) en cuerpos de agua.
3- La concentración de pesticidas junto con los metales en el agua se correlaciona con la mortalidad por toxicidad crónica de las larvas de los anfibios analizados (el sitio antes del feedlot tiene las mayores concentraciones de valores de plaguicidas y metales, por ende, la mayor mortalidad).
Por último, cabe mencionar que, en la presentación de los resultados, las investigadoras resaltaron la importancia de la regulación del uso del suelo, es decir, no poner un feedlot ni ningún emprendimiento que pueda desechar los residuos en el agua de un arroyo o cualquier fuente de agua. Recordamos que desde hace 10 años Ramallo no tiene un Código de Ordenamiento Territorial que determine el uso del suelo y pueda prever estas cuestiones y evitar futuros problemas ambientales.