Que lindas esas épocas del futbol argentino donde ganaba el mejor y parecía que todo era más sano. Lamentablemente, al menos en el Federal A, eso quedó atrás hace muchos años atrás y hoy, ya no sube el que mejor hace las cosas, sino que lo hace el que más plata o contactos tiene.
Hay árbitros que siempre están metidos en medio de algún quilombo -dígase de situaciones poco claras en sus cobros- y el sentido común hace pensar que serán parados, pero te aparecen en el Nacional B, en el Var o de cuarto arbitro en primera división. Osea, los premian por hacer mal las cosas.
Hace más de diez partidos que Defensores no gana y de ser la gran sorpresa del torneo pasó a pelear entre los últimos de la Zona B, y hasta afuera de la próxima Copa Argentina, y esto no es responsabilidad absoluta de los árbitros, pero es notablemente visible como los jugadores, cuerpo técnico e hinchas, están convencidos que los perjudican y eso se nota en el campo de juego.
Ayer, lo del árbitro no llegó al punto de la alevosia de cobrar un penal que no fue para tu rival, no cobrarle uno a favor a Defensores o anularle un gol en el que estaba dos metros habilitado, pero fue sacando a todo el mundo con la jugada chiquita. La dividida siempre para San Martín, le cortaba ataques prometedores al granate, muchas amarillas para los jugadores de Defensores -nobleza obliga, desde nuestra posición pareció bien expulsado Federico Gay por una falta desde atrás cuando ya estaba amonestado y recibió la segunda tarjeta amarilla-, y así se iban enervando los ánimos dentro y fuera de la cancha.
Novelli es uno de los integrantes del grupo de jueces que los clubes chicos o que no tienen poder, no quieren que los dirija en las instancias finales. Saben que si les toca contra un poderoso van a sacar algún as de la manga y lo favorecerán a su rival.
Defensores este tipo de situaciones ya las sufrió con Mendes Cedro, Lobo Medina, Córdoba, Fernado Marcos, Novelli y algún otro que nos podemos olvidar.
Por lo visto esto no va a cambiar al menor por ahora y los poderosos van a seguir ascendiendo, y los chicos seguirán siendo los partenaires que jugarán libremente hasta las etapas finales, pero saben que a la larga no tienen chances.
A la salida de la cancha se podía notar en la cara de los hinchas sentimientos encontrados. Algunos tenían mucha bronca, otros tristeza y había otros que hasta querían dejar de jugar el torneo.